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viernes, 29 de junio de 2012

LEYENDA DE LA MORA

La Cueva de la Mora (de difícil acceso) se halla cerca del refugio de Giner de los Ríos, concretamente enfrente de su fachada principal y al este de la Peña Sirio.

La hija de un rico árabe fue retenida por su familia para que su enamorado,  no pudiera encontrarla. Se desconoce qué le sucedió al protagonista de esta historia que jamás regresó, provocando que la pobre mora muriera de pena.

Cuentan los lugareños que muchas noches se puede ver el fantasma de la joven que vaga entre las rocas mientras continúa esperando.

"Hallase la mora Naima lavando la ropa en el río cuando cierto cristiano fue a cruzarse en su camino. Saludó el caballero sin temor a ser vencido, más los ojos negros de la niña fueron su sacrificio. Una frase o una palabra decidió su sino, la pareja se sonroja y sellan el compromiso. Un día el muchacho, que a buen nombre se aferra, suplica a la mora Naima que se vayan de esa tierra.
La joven que teme a Alá y a su padre el muy mezquino implora a su enamorado que no tienten al destino.

Quiere el diablo que por un viejo entrometido al encuentro vayan no sólo Romeo sino el padrino. Agarra el padre a la hija por el pelo y la cintura y la arrastra cima arriba a la cueva más profunda. Toda la familia se une a este secuestro y cierran el paso a la mora que muestra su desconsuelo. Chilla y llora sin parar esperando al bien nacido que la venga a rescatar y a librarla de este lío.

Teme Naima por igual el olvido y la ausencia signos de desamor que alimentan su pena. Un pensamiento vuelve del recuerdo de su niñez y canta una canción que no todos han de entender. Son los versos que a mar saben cuando entre lágrimas se entonan las palabras más sentidas para un amor que no perdona.

Un año transcurre entre grietas y con frío soñando que huye con él y vive su amor prohibido. De comer oír no quiere y al apetito engaña con romances populares y una oración por su alma. Naima muere en los brazos de su padre-carcelero tarareando la canción sobre amores sin consuelo. Pobre de aquel que al amor teme y lo quiere retener pues no hay peor cárcel que la que uno se ha de imponer.

Continua cada noche Naima saliendo a buscar al que fuera su amor eterno y que no puede olvidar. No habrá descanso hasta que no le pueda hallar, y en la cueva de la Mora ni viva ni muerta se ha de quedar."

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